viernes, 13 de junio de 2014

Fantasía en Brujas (Bélgica)




Un poco de Brujas....

Su nombre proviene del noruego antiguo "Bryggia" (puentes, muelles, atracaderos). En el idioma flamenco/neerlandés «Brug» significa puente.

Brujas, es llamada "la Venecia del Norte", es una ciudad que conserva un rico legado en aquellos tiempos en donde fue una importante metrópolis.

A partir del siglo IX comienza a evidenciarse un crecimiento de esta ciudad. Los condes de Flandes establecen el primer castillo y se hace la primera muralla, y un siglo más tarde la urbe empieza a tener un gran mercado anual. A partir del XI se convirtió en un centro comercial y cultural internacional, merced a su calidad de ciudad costera.

Pero en un determinado momento Brujas comenzó a alejarse de la costa, bancos de arena y fango fueron cortando el acceso al mar y los canales no sirvieron para el tráfico de grandes barcos. En consecuencia decayó el comercio, pero Brujas siguió siendo un excelente centro artesanal para el tejido, el arte y singularmente la orfebrería.



Era un día templado, ideal para caminar por la ciudad, el tren me dejó cerca y luego de tomar un mapa decidí perderme por sus calles.

La gente iba y venía todo a su ritmo natural, se fotografiaban, recorrían museos. Sin embargo, si te alejabas de la Plaza principal el cruce con personas era menos habitual.

Mis ojos iban contemplando los diferentes paisajes de una ciudad completamente nueva para mí. Casas Medievales con un estilo muy propio, canales y puentes que se abrían a mi paso, flores de todos los colores que decoraban los senderos.

No sé muy bien en qué momento todo comenzó a cambiar, ya no veía autos ni lanchas estacionadas, la gente ya no estaba prendida a su teléfono móvil ni tenían cámaras fotográficas, el ruido fue aumentando, comencé a ver carretas tiradas por caballos, grandes mercados, comerciantes y artistas en las calles, las mujeres ya no usaban pantalón sino vestidos, todo lo conocido por mi ya no estaba.
 

No me preocupé, pensé que mi imaginación me regalaba un momento especial todo se veía tan real. La gente no me veía, parecía un fantasma.

Fue entonces que comprendí que había viajado a través del tiempo a esa ciudad en apogeo que contaba la historia, a esa ciudad en donde las aguas del mar arribaban, esa ciudad llena de vida...

De repente el clima templado cambió y fue invadido por una leve brisa marina.

No me dejé abrumar, y seguí con mi caminata, aunque el mapa ya no me servía, me llevaba por lugares que ahora no existían, o donde allí había una casa o un gran jardín, o simplemente me topaba con un puente. Aún más perdida y sin rumbo fijo, seguí caminando.



Brujas se convertía en una ciudad antigua y medieval otra vez...

La impecable limpieza y orden del lugar ya no era tal, no todo estaba tan limpio ni señalizado. Donde antes había visto un Hostel ahora había una gran casona, los Museos ya no estaban sino que eran las viviendas de grandes personalidades de la época.



 


Quise aprovechar esta jugada del destino y decidí husmear en cada casa. (Siempre en mis viajes me ha llamado mucho la atención saber cómo eran las casas por dentro en otra época, sus costumbres, los muebles, los olores y ahora lo podía ver).

En un momento de mi marcha, vi una ventana sencilla y hermosa, era como de casita de muñecas y la contemplé un largo rato. Pude ver qué pasaba en el interior.

Había una familia junto a un hogar, una mujer tejía sentada en un silla mecedora, dos niñas sentadas en un gran sillón leían unos libros que ahora tendría las hojas amarillas y un hombre, que intuí podría ser el padre de familia, fumaba un pipa sentado en la cabecera de una enorme mesa.
















 


Seguí mi camino. Y cada edificio me parecía hermoso. Sus ventanas pequeñas enmarcadas en colores, sus techos a dos aguas.

Ya no había barcitos alrededor de la Plaza Principal, sino que veía artistas pintando o tejiendo, o haciendo esculturas, veía comerciantes que bajaban de los carros productos frescos que llegaban del Puerto...


Centro de la ciudad de Brujas está en el espacio conformado por la Markt (Plaza Mayor) y la plaza Burg contigua.




Al caer la noche decidí volver. La oscuridad pareció detener a la pequeña ciudad, ya no había personas en la calle, no había luces, solo unos escasos faroles en las esquinas que atenuaban un poco la inmensa oscuridad.

Debo decir que el temor se apoderó de mí.

Me dirigí velozmente hasta la estación de donde había llegado y de repente todo se iluminó, las luces de los autos volvían a pasar a toda velocidad, las vidrieras de los negocios todavía estaban abiertas, la gente entraba y salía de diferentes lugares turísticos, miles de luces de flashes retrataban momentos...

Toda se movía a una velocidad diferente, me di cuenta que estaba en el presente otra vez...

...así fue mi fantasía por Brujas medieval..

 Frase del día: "Los viajes hacen cosas fantásticas con nosotros"


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