martes, 25 de febrero de 2014

Historias de puertos

Puerto de Málaga (España): La ciudad de Málaga fue fundada sobre un poblado ibérico por los fenicios, pueblo esencialmente mercantil que vino directamente de Tiro, según parece hacia el siglo X a.C., estableciendo una colonia para comerciar con los naturales de la zona, con los que efectuaron transacciones comerciales. Para situar la ciudad escogieron la falda del monte de Gibralfaro, a cuyo pie llegaba el mar y cuyas estribaciones de rocas al entrar en el agua debieron formar en aquel tiempo una cala natural.


Los puertos me generan una sensación especial.

Las imágenes de llegadas y arribos, de despedidas, de llantos y alegrías, de barcos perdiéndose por el horizonte, de atardeceres expectantes, de ilusiones y esperanzas; me invaden la mente.

Me encanta pensar las miles de historias que hay en  cada puerto. Historias de encuentros inesperados o encuentros esperados.

Siempre pensé que estas historias eran inventadas ....hasta que me pasó a mí..!

Cierta vez en uno de mis viajes recorriendo España, conocí  Málaga.

 Y fue inevitable conocer su hermoso Puerto con ese faro típico de mar y esos barquitos amarrados.

 Como muchas veces, decidí sentarme y contemplar el paisaje. 

Cerca una señora mayor, alimentaba a las gaviotas que volvían de su vuelo en alta mar.
No sé qué pero algo llamó mi atención. Será la soledad que la invadía, o la forma de mirar el horizonte con una mirada perdida con los ojos brillosos que reflejaban el sol del atardecer. 

No sé que era pero algo me dio ternura y tristeza a la vez, sentí que esperaba a alguien, por eso decidí verla a la distancia. Pasó un buen rato y la escena seguía siendo la misma. 

No me preguntes porque, pero algo hizo que me levantara,  mis pies solos fueron hacia ella como si una fuerza extraña me arrastrara. Le pregunté si podía sentarme a su lado, sin apartar los ojos del mar, asintió con la cabeza.

Otro rato de silencio pasamos juntas como si el tiempo se detuviera. Hasta que mi impaciencia e incontrolable intriga sobre ella me ganó.

Le pregunté su nombre y hablé algo sobre el clima. Al escucharme se dio cuenta de mi acento extranjero/argentino y se ve que llamé su atención. Me preguntó de donde era y así entramos en confianza.

Sólo fueron pocas palabras e interminables silencios. Pero en un momento comenzó a contarme una de las historias más conmovedoras que he escuchado.

Me contó que vivía sola, pero que no siempre fue así. Que se sentaba todos los días en ese banco en el muelle a alimentar a las gaviotas, que miraba el horizonte esperando a su amor. Pero sabía que ya no volvería, porque había fallecido. Pero que en los últimos años juntos, ellos iban al puerto y se sentaban en el mismo banco. Me dijo que inconscientemente ella seguía haciendo lo mismo cada día, como si la ausencia fuera menos evidente y eso la llenaba de paz.

Imposible decir una palabra, no me salía ninguna y a la vez no quería arruinar el momento. 

Solo atiné a pasar mi brazo por su espalda y quedarme en silencio. 

Ella me miró con ternura y se fue...!!




La canción "En el Muelle de San Blas" de Mana se me viene a la cabeza. 
 "...ella despidió a su amor, él partió en un barco en el muelle de San Blás, el juró que volvería y empapada en llanto ella juró que esperaría. Miles de lunas pasaron y siempre estaba en el muelle esperando, muchas tardes se anidaron, se anidaron en su pelo y en sus labios..."

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