viernes, 8 de noviembre de 2013

Oh la la París

Oh la la París... 

y entonces volví....!!

Imagínate lo mucho que me ha impactado la ciudad que decidí volver...y volvería cada vez que visite Europa. La atracción que me genera París es única, ningún otro lugar ha quedado tan arraigado en mi.

Esta vez implementé la filosofía de disfrutar  y contemplar el lugar, volverme parte de su entorno, enredarme en sus calles y quedarme ahí parada viendo la rutina diaria de la gente.
El ritmo fue diferente. Me detuve cuando estaba cansada, me tomé un café cuando quería, navegué con el barquito que recorre el Sena, cambié de recorrido cuando volvía hacia el hotel, para conocer lugares distintos. Decidí no tomar Metro e ir por arriba viendo el paisaje .
 
Lo primero que hice cuando llegué, fue ir a Montmartre, después de dos años de soñar volver, pude ponerle imagen, color, música y olores a esas historias que me contaban y leía sobre ese lugar.

 Me tomé el Metro y me embarqué hacia lo más alto de París. No tenía mapa, solo pregunté en mi inglés argentino. Es por eso que no sabía que me iba a encontrar, asique sólo empecé a subir por unas callecitas angostas y empinadas, con casas típicas parisinas. A medida que iba adentrándome, comencé a ver como el ambiente cambiaba. Había gente en las calles, luego pintores, después música, después artesanos, hasta que me topé con una feria de todo lo que puedas imaginar.

Me senté en un barcito, y me emocioné al darme cuenta en donde estaba;  y  pensé: estoy caminando por las mismas calles donde Van Gogh, Renoir y Picasso deambularon buscando inspiración!.Es una sensación única e inexplicable! Es lo que quiero transmitir de los viajes, es la emoción, la otra perspectiva, la sensación de saber que eres parte de algo mágico y especial que transciende!














 Después de terminar mi café, quise visitar la Basílica del Sagrado Corazón, que tanto me hablaban, (la verdad que no me llamaba mucho la atención seguir recorriendo iglesias), pero bueno, tenía tiempo. Cuando estaba por entrar, vi la impáctate imagen de París desde lo alto, y solo atiné a sentarme en las escaleras, me quedé contemplando el paisaje...y bueno nunca entré!
















Debo admitir que me perdí, pero fue lo mejor que me pasó. Al andar sin rumbo encontré lugares alucinantes, casas antiguas, negocios de pastelería y artesanías escondidos.
Hasta que al ver que oscurecía decidí conocer el Moulin Rouge, pero al no saber donde estaba pregunté. Es ahí donde me topé con una maravillosa y misteriosa mujer que apareció de la nada, que me contó cosas de su vida, y me llevó a recorrer las calles mientras relataba anécdotas del lugar y me guiaba hacia el destino/objetivo. Fue hermoso perderme!!

En conclusión conocí otra París...desde otro lugar, desde su ritmo, sus costumbres, sus enigmas e historias...!

Dejé de ser turista para ser viajero por un rato....

Frase: "El mundo esta lleno de pequeñas alegrías, el arte consiste en saber distinguirlas"

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